17 Agosto 2017
¿Cómo se ha tomado el nombramiento y cómo lo afronta?
Siempre que te proponen algo así, lo afrontas con mucho honor. No obstante, creo que hay muchas personas, jarreros de todo tipo, que lo merecen más que yo. He asistido muchas veces al pregón de las Fiestas de Nuestra Señora de la Vega, y este año tendré el honor de ser yo el pregonero, aunque realmente me considero un humilde servidor.
Aún tenemos la polémica de si Fernando Riaño es de Burgos o de Haro. ¿Nos lo puede aclarar?
(Risas) Es muy sencillo de explicar. Soy de Haro, he vivido en Haro, he estudiado en Haro, mi familia vive en Haro. Por circunstancias de la vida nací en Burgos, pero desde siempre he sido jarrero y así lo manifiesto allá por donde voy. Uno puede nacer en un sitio, pero mi sentimiento es de Haro.
Su vinculación con Haro es más que patente. ¿Cómo recuerda sus días en la ciudad jarrera?
La gran patria de uno, es su infancia, y la mía fue en Haro. Y no sólo la infancia, sino también la adolescencia. Lo recuerdo con mucha felicidad. Estudié en Haro, primero en el Colegio Compañía de María, y luego en el instituto. Haro y La Rioja son parte de mis recuerdos, y de mí mismo. Por ejemplo me acuerdo del Club Ciclista y de cómo fueron mis primeros pasos en el mundo del deporte. Para mí aquellos ciclistas eran héroes.
¿Cómo ha cambiado Haro?
Haro ha cambiado mucho desde que yo era pequeño, pero existen aspectos de la vida de la ciudad que no han cambiado, sobre todo su esencia. Pese a todo, tenemos que pensar en el Haro del futuro, el Haro que queremos. La evolución y la innovación son fundamentales, y por ello tenemos que apostar por la industria, el empleo, la innovación, sin dejar de lado lo que es nuestra esencia, y me refiero al vino, claro está.
¿Qué es lo que más recuerda de las Fiestas de Nuestra Señora de la Vega?
Para un jarrero son momentos muy especiales. Pese a todo, reconozco que los festejos que más me gustan son los de San Juan, San Felices y San Pedro. Se trata de unas fiestas que tienen una perspectiva “hacia afuera”. Pero sin duda las fiestas de la Vega son más cercanas, más de nuestro entorno y con mucho trasfondo. Recuerdo sin duda la Jira a Fuente del Moro, la procesión del Rosario de Faroles, el día del pregón. Son recuerdos muy positivos y emotivos, y por tanto es de agradecer que este año yo sea el pregonero, pero repito: “hay personas en Haro que lo merecen mucho más que yo”.
Esta usted acostumbrado a hablar en público, pero un pregón es algo muy diferente. ¿Ya sabe cómo lo va a afrontar? ¿De qué va a hablar?
La verdad que cuando realizo mi habitual práctica deportiva, busco momentos de inspiración. Me vienen muchos recuerdos a la cabeza desde una perspectiva de fiestas. Se trata de momentos cercanos, familiares, entrañables y personales. Poco a poco tengo que ir ordenando todo esto y dándole forma.
Su trayectoria profesional es impecable. A los jóvenes de hoy en día les han tocado vivir momentos complicados. ¿Qué consejos les daría?
Lo primero que les diría es que cualquier tiempo que nos toque vivir va a ser complicado, confuso y cambiante. Yo tengo la suerte de trabajar en la ONCE. La organización se fundó en 1938, en plena Guerra Civil. Una época muy dura, aunque el esfuerzo de personas unidas, con un objetivo común, en este caso apoyar la discapacidad, hizo que la organización haya perdurado. Menciono esta circunstancia como ejemplo de que cualquier momento puede ser complicado. A los jóvenes les digo que traten de aprender, formarse y esforzarse.
¿Qué es el deporte para Fernando Riaño?
El deporte es casi todo. Se trata de una afición que, en mi caso, nació en Haro y que poco a poco crece y evoluciona. Para mí, una persona con discapacidad visual severa, el deporte me ha servido como elemento de aprendizaje, esfuerzo e intentar hacer cosas. Y es que el deporte es una escuela de valores. Aquí quiero destacar casos ejemplares, de éxito y en Haro. Por ejemplo el Club Ciclista Harense, con su labor; Ismael Merino que ha levantado uno de los equipos, el Club Voleibol Haro, más importantes a nivel nacional. También la labor de Francisco López (Paco), y muchos otros que han trabajado en la ciudad, en este sentido. Y es que la gratitud es la memoria del corazón.
Trabajo, familia, deporte ¿Es fácil compaginar todo?
No, no lo es. Hay que organizarse y aprender, ya que gestionar todo esto, no es sencillo. Pero sí que es posible, sobre todo gracias a la familia.
¿Qué opina de los límites y las barreras? ¿Son un mito o hay que tenerlos en cuenta?
Los límites y las barreras están ahí, pero los límites que encontramos, están para superarlos. Siguen existiendo prejuicios y barreras para las personas con discapacidad. Pese a todo, vivimos en un país que cuenta con instituciones que les apoyan, como es el caso de la ONCE y su fundación.
Ya para finalizar ¿Qué deseo tiene para los jarreros y visitantes durante estas fiestas en honor a Nuestra Señora de la Vega?
Sobre todo mucha felicidad. Que los que vengan por primera vez, repitan. El resto, que disfruten de los actos, de unas fiestas que son entrañables y que a mí, personalmente, y este año aún más si cabe, me llenan de recuerdos.