Manuel Bartolomé Cossío nació en Haro en 1857. Por aquel año, su padre era Juez de Primera Instancia en la ciudad y aunque pronto cambiaron de lugar de residencia, ese hecho, ha convertido a Cossío en uno de los jarreros más ilustres. Se cree que nació en la calle de la Vega y fue bautizado en la parroquia de Santo Tomás. Huellas del pasado en Haro del que fuera un ilustre pedagogo aún quedan. Y el historiador Carlos Muntión las descubrió el pasado sábado junto a un grupo de alumnos.
\'Cossío y las Misiones Pedagógicas en La Rioja\' es el título del curso que ha organizado la Federación de Enseñanza para ahondar en la labor del pedagogo. Las Misiones Pedagógicas fue un proyecto que se puso en marcha durante la Segunda República para paliar el analfabetismo y llevar la educación a las poblaciones más pequeñas. Bartolomé Cossío fue presidente de estas misiones y también lo fue del Instituto Libre de Enseñanza.
Dentro del curso, los cerca de treinta participantes se acercaron a Haro para descubrir las huellas de Cossío. En la plaza que lleva su nombre ha y un busto del pedagogo y allí dejaron un ramo de flores en su honor. El instituto, ahora IES Ciudad de Haro, llevó el nombre de Cossío desde 1981 hasta 1912. Y en su interior descubrieron el material que conserva el centro. De allí se trasladaron al colegio San Felices de Bilibio ya que en su biblioteca se conservan libros de la biblioteca que en su día fundó el Patronato de las Misiones Pedagógicas.
Y de allí, al palacio de Bendaña donde la archivera mostró los documentos relacionados con Cossío que se conservan en el Archivo municipal del Ayuntamiento de Haro. El padrón en el que figuran sus padres o el telegrama de pésame al Ayuntamiento tras su fallecimiento son algunos de los documentos históricos. También hay testimonio de la instalación de un instituto de Segunda Enseñanza bautizado como Cossío en 1933.

El libro de bautismo donde aparece el nombre de Cossío se conserva en la parroquia de Santo Tomás, siguiente parada del recorrido y donde pudieron ver también la pila de bautismo donde el pedagogo recibió el agua bendita. La calle de la Vega, donde nació, y el lugar de trabajo de su padre fueron otras de las paradas del recorrido.
Testimonios que aún perduran del pasado Manuel Bartolomé Cossío, jarrero de cuna, y que se convirtió con los años en una figura relevante dentro de la campo de la educación y de la enseñanza.